Todos tenemos una relación particular con nuestro perro: es lo que se conoce como vínculo. Hay quien es autoritario y le gusta decidir lo que debe hacer el perro en cada momento y hay quien es permisivo y está feliz con que su perro no provoque problemas, aunque no le obedezca más que por casualidad. A algunos les gusta jugar enérgicamente con su perro, salir a correr y hacer muchas actividades juntos y para otros no hay cosa mejor que acariciar a su perro mientras ve una maratón de series desde la tranquilidad de su sofá.

Los problemas a menudo surgen cuando hay un desajuste entre lo que esperamos de nuestro perro y lo que al perro se le ocurre hacer espontáneamente. Ese suele ser el momento en que la mayoría de gente se pone en contacto con un profesional canino.

"Una forma de definir la relación con tu perro es catalogando vuestro vínculo en tres niveles."

— Los escalones del vínculo

En el escalón inferior, tu perro te quiere. Aunque el amor de tu perro no está garantizado, es raro no alcanzar al menos a este nivel de relación. Por norma general, los perros son seres agradecidos así que es bastante fácil conseguir que un perro te quiera. Sin embargo, si lo tratas mal (desde su punto de vista), no tardará demasiado en dejar de quererte. Los perros son los amigos más fieles ¡pero todo tiene un límite!

En el escalón intermedio, tu perro te entiende. No te descubriré ningún secreto al decirte que los perros se comunican de forma diferente a las personas. Entender cómo comunicarte con tu perro de forma eficaz es imprescindible para que la relación fluya. Imagínate que viajas a un país extranjero y exótico, donde se habla un idioma que no se parece nada al tuyo, donde se utiliza un alfabeto y números diferentes y ni siquiera los gestos son parecidos. Algo así es lo que siente tu perro cuando no te comunicas de forma adecuada con él, así que tener una comunicación clara que tu perro entienda es esencial para que tu relación con él avance.

En el escalón superior tu perro te respeta. De poco sirve que tu perro te quiera mucho y entienda perfectamente lo que le pides que haga si luego decide que prefiere no hacerlo. Para que tu perro te respete es necesario que te vea como su líder. ¡Ojo!, eso no significa que tengas que ser un tirano y que tengas que decirle qué hacer en cada momento, ni mucho menos. Significa que tú (que tienes un cerebro superior), tomas las decisiones que más convienen al grupo del que tu perro forma parte, por el bien común. Ni por tu capricho, ni por el suyo, por el bien común. Por eso es importante que, si pretendes que tu perro te obedezca, te asegures de que no tenga necesidades sin satisfacer. Y no, tampoco se trata de cubrir a tu perro de juguetes y agasajarlo con chuches, más bien de gestionar su entorno de forma que no necesite hacerlo él.

En general, la mayoría de los perros están más cómodos cuando las decisiones las toma otro, así que puedes aprovechar para tomar buenas decisiones y reforzar así la relación con tu perro: tú cubres sus necesidades y a cambio tu perro te obedece. Y no olvides que las relaciones son cosa de dos: si tu perro te quiere, te entiende y te respeta, lo suyo es que tú también le quieras, le entiendas y le respetes. Solo así podréis tener las mejor de las relaciones.